martes, 14 de junio de 2011

Que será de nosotros… y de nosotras

En la semana pasada comentaba sobre la economía y acerca de la calidad de vida a la que aspiramos legítimamente…
La idea continua entonces… la cuestión es cómo emergemos hacia mejores niveles de coexistencia, en esta época donde el dinero condiciona la conducta social cada vez más.
Nada permanece sin respuesta. Creo en una gran interdependencia.
Y esto tiene diversos nombres según el origen filosófico, incluso religioso que lo sostenga.  
Cosecharás tu siembra…
De tal palo tal astilla…
Los cuerpos de diferente signo se rechazan…
La energía sigue al pensamiento…
La ley de causa y efecto…

Siempre está presente la dualidad, las dos opciones. Hacer o no.
Comprometerse o no. Intentar y no.
Así se crean las tendencias sociales.
Así hay sociedades que viven en el miedo y con poca esperanza.

Por esto hay sociedades con confianza en sus valores y esperanza en sus sueños.
Las tendencias oscilan, aumentan y decrecen. También se convierten en mega tendencias.
En un comienzo muy pocos usaban celular… Hace menos de 25 años.
Así pasaba con las computadoras y luego con Internet. Menos de 10 años.
Así pasará con la responsabilidad social personal.
Estamos hablando de la propia felicidad y bienestar.
¿Porque extraña razón esperamos que alguien nos de “algo” y además “gratuitamente” para satisfacer nuestras necesidades y deseos, desde los mas básicos hasta los mas complejos?
¿Seguiremos creyendo que el bienestar y la alegría vienen de afuera nuestro?
¿Por qué no trabajamos sanamente utilizando técnicas y métodos con reglas para lograrlo?
A medida que estos interrogantes sean prioridad en la sociedad, se dará un paso más para crear una mega tendencia…
De la misma forma, hay ideas que se instalan en la sociedad y obviamente no siempre son del agrado de quienes están en la vereda de enfrente. Por caso: Gran Hermano.                                                      
Todo comenzó en un escrito borrador, se le adhirió entusiasmo y zas… cientos, luego miles y centenas de miles se auto conectaron a esa fuente de emisión de información en torrentes que impiden ninguna reflexión, convirtiendo a sus interlocutores en meros pasivos video escuchas. Claro tuvieron el acompañamiento de muchas cámaras y canales de comunicación. No es el caso de cientos y miles de obras que se hacen diariamente en toda la Argentina, en toda América y en todo el Mundo. Por suerte las tenemos registradas, en nuestras BN de cada semana.
Sin duda tenemos mucha faena para realizar. Mientras amigos, familiares, compañeros y vecinos juguetean con la arena del mar.
Cómo se eligen los grandes temas nacionales.
En particular aquellos que complican el bienestar general.
Recién ahí aparecerán las megas tendencias, para construir una sociedad más justa, equitativa y feliz.
No hay posibilidad de felicidad sin la gestión propia por el bienestar de los otros.
Mientras reflexionamos sobre estas alternativas, ahondaré en un rubro muy especial, cierto e inexorable. A todos nos tocará a su tiempo.
¿Cómo hacemos para embellecer la vida de todos los que ya tienen más de 65 años y qué haremos con los que luego se sumen?
Sí, el envejecimiento es la última etapa de la vida humana y por ende de nuestro interés optimizar el confort y la convivencia debiendo ser de máxima calidad. ¿No?
¿Es que lo queremos para nosotros, verdad?
Hasta la próxima
Editorial de Aristotelizar

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