Convocados por los Sindicatos mayoritarios,
CCOO y UGT, más de un millón de personas abarrotamos el centro de la capital para mostrar nuestra protesta
contra la política económica del Gobierno de Mariano Rajoy; y muy
especialmente contra su desastrosa política laboral, que nos conducirá, de
la mano de una Ministra que NUNCA trabajó en empresa alguna (salvo la de su
familia ¿?), a ser mano de obra con salarios de país en desarrollo, con
horarios cercanos a la esclavitud y con un vago y lejano recuerdo de derechos
laborales para los y las trabajadores/as.
Fue la Manifestación que puso colofón a la Jornada
de la Dignidad, esa en la que muchos quieren explicarnos por qué ese día sí
trabajan, cuando su carrera vital laboral está jalonada de más días de
descanso, mamoneos varios, derechos exclusivos y bonus que el resto de los mortales.
Ayer como digo, también fue su día, el día que se reivindicaron para hacer lo
que nunca hacen: además de ir al curro, hacer algo.
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